Un tratado de estética japonesa: la concreción de lo inefable

No podemos iniciar este artículo sino reconociendo el gran acierto de la editorial Alpha Decay al traernos este breve pero esclarecedor ensayo de Donald Richie (1924-2013), el que fuera gran difusor del cine y la cultura japonesas en Occidente en tiempos contemporáneos, hasta el punto de haber sido parangonado en este papel con Lafcadio Hearn.

El autor

Donald Richie, historiador y crítico de cine nacido en Ohio, pisó por primera vez Japón en 1947, en plena ocupación estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial, donde estuvo trabajando como personal civil para la publicación Stars and Stripes. Durante su estancia en Tokio quedó atrapado por la cultura japonesa, en especial por su cine. Un año después, en 1948, conoció a la productora Kashiko Kawakita, que lo presentaría a su vez a Yasujirō Ozu, de cuyo trabajo, junto con el de Akira Kurosawa, sería Richie un profundo conocedor. La prolongada amistad entre Kawakita y Richie se traduciría en una estrecha colaboración de difusión de la filmografía japonesa en Occidente. Entre 1969 y 1972 Richie trabajó como conservador de cine del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), aunque, salvo breves espacios de tiempo, principalmente vivió y trabajó en Tokio hasta su muerte, acaecida en 2013. Atrás dejaba como legado una vida dedicada a la cultura japonesa, plasmado en una extensísima producción literaria entre la que figura el ensayo que nos ocupa: Un tratado de estética japonesa.

El tratado

Anima a la lectura de este sucinto estudio no solo la atrayente temática que aborda, sino también su concisión. Exento por completo de artificios y con un estilo sencillo y directo, Richie nos invita a adentrarnos en el mundo de la elegancia y sutilidad del gusto estético nipón, inspirado en la naturaleza y que se precia de esa exquisita simplicidad y belleza carente de excesos que tanto atrae al Occidente de hoy. Richie comienza su tratado abordando el sentido filosófico de la estética, al tiempo que va introduciendo referencias a pensadores occidentales, creando paralelismos que ayudan a comprender, por contraste, la concepción estética japonesa, tan ligada a la percepción intuitiva. Intercalados en el cuerpo del texto encontramos cuadros en resalte, en donde hallamos explicaciones específicas a algunos términos, detalles históricos o aclaraciones que complementan la narración principal.

Es como si existiera un acuerdo por el cual la naturaleza de la Naturaleza no pudiera presentarse mediante la descripción literal, sino solo sugerirse, y que el apunte más sutil (pensemos en el haiku) fuera la obra de arte con más gusto de todas.

Además, salpicadas aquí y allá, se disponen páginas con haikus ilustrativos o con apuntes sobre pensadores o especialistas en la materia que aclaran conceptos y redondean la argumentación principal, en la que el autor nos ofrece un recorrido por los principales términos japoneses empleados para conceptuar eso tan abstracto que llamamos Belleza: wabi, sabi, hie, yûgen, iki… o aware, ese sentimiento comedido y melancólico que se experimenta al tomar conciencia de la belleza efímera de este mundo cambiante.

Las flores del cerezo nos han de gustar más no cuando están en el momento álgido de su floración, sino justo después, cuando sus pétalos caen y pueblan el aire, cuando lo llenan con el inevitable recordatorio de que ya han tenido su momento de gloria y ahora es justo que mueran.

De estos y otros conceptos, Richie no solo hace una aproximación histórica, sino que también acierta en su definición para el lector occidental, dejando abierta la puerta de la percepción intuitiva de los términos y estableciendo vinculaciones con las artes japonesas tradicionales, que perduran hasta nuestros días, como la ceremonia del té, el kabuki o el noh, entre otras. Concluye acertadamente el volumen con un glosario donde quedan recogidos todos los términos que se abordan a lo largo del ensayo.

Así pues, podemos concluir que, con Un tratado de estética japonesa, Richie ha logrado crear una narrativa bella y esclarecedora, que ayuda a comprender un poco más la fascinante cultura y filosofía japonesas.

 

 

 

Un tratado de estética japonesa

Autor: Donal Richie

Editorial: Alpha Decay

Edición: 2021 (ES)

Formato: papel

 

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