Pensamiento japonés

Tras la Pandemia, el Festival Matsuri regresa a Barcelona

Tras tres años de ausencia, el Festival Matsuri ha vuelto a Barcelona. Y como suele ocurrir cuando hay paréntesis obligados (desde 2019 no se había vuelto a celebrar, debido a la Pandemia), ha regresado con más fuerza y ganas que nunca. Por si fuera poco, la climatología y el calendario ayudaron: durante los días del Festival, el 4 y 5 de junio, reinó en la ciudad condal un magnífico sol de verano a lo que hay que añadir que el día 6 fue fiesta en Cataluña (la llamada Segunda Pascua o Pascual Florida), por lo cual los barceloneses pudieron disfrutar durante un largo puente de esta oferta cultural japonesa.

 

Como en anteriores años, el acto se celebró al lado del mar, en el llamado Moll de la Fusta (“Muelle de la Madera”, en castellano) y repitiendo la misma estructura: dos hileras de tenderetes paralelas (los de artesanía a un lado y los de comida japonesa a otro), entre las cuales se abría un amplio espacio por donde transitaba el público, el cual desembocaba, al fondo, en el escenario donde tenían lugar las actuaciones programadas.

 

Abrió el Festival el Cónsul General del Japón en Barcelona, el señor Yasushi Sato, flanqueado por el Comisionado de Diálogo Intercultural y Pluralismo Religioso del Ayuntamiento de Barcelona, Khalid Ghali Bada. “Desde que llegué a Barcelona en julio de 2020, deseé fervientemente volver a presenciar el Natsu Matsuri”, comenzó diciendo. “Teníamos que retomar un evento que en su última edición, en 2019, atrajo ya a 25.000 visitantes. Esta es la VIII edición -pues se celebra desde 2013- y podemos decir que el Festival Matsuri ya forma parte del paisaje primaveral de Barcelona”.

 

El Cónsul japonés en Barcelona, sr. Yasushi Sato

 

El discurso del representante diplomático continuó resaltando el fuerte vínculo que une actualmente a su país con la ciudad: “La cultura del Japón está echando raíces firmemente en Barcelona”, declaró, “y ello gracias a los esfuerzos del Consulado y de entidades e instituciones amigas tanto de Japón como de Barcelona que han contribuido a esta labor”. Y destacó: “el Matsuri sería impensable sin la inestimable colaboración del Ayuntamiento de Barcelona y de la Autoridad Portuaria de la ciudad”. Cabe recordar que el Festival está organizado por la Asociación de Cultura Japonesa, presidida por el señor Ryuji Murakami y que el Consulado participa activamente co-organizando diversas actividades, tales como la actuación de los grupos de tambor tradicional japonés Barcelona Taiko y Matsuri Taiko.

 

LA OFERTA

Quien se haya acercado estos días al Moll de la Fusta, habrá comprobado que el Matsuri ha vuelto a cumplir las expectativas: un amplio abanico de actividades culturales y una atractiva oferta artesana y gastronómica.

Entre las actividades que se desarrollaron cabe resaltar la demostración de pintura japonesa Sumi-e, por el artista Mitsuru Nagata; de artes marciales como el Battou-jutsu, Iai-jutsu, Ken-jutsu, Bo-jutsu y Naginata-jutsu, a cargo de los integrantes del Katori Shinto Ryu Barcelona. Taller de tambor japonés, por Barcelona Taiko; así como talleres familiares de Origami (arte japonés de plegado de papel o papiroflexia), Takeuma (zancos de bambú) y Shogi (el famoso juego de mesa conocido como “ajedrez japonés”). Además de diversas actividades para los más pequeños.

Lógicamente la oferta del Matsuri no se agotó aquí: aparte de disfrutar de una sabrosa variedad de street food japonesa, el visitante pudo, en los diversos puestos habilitados, desde alquilar kimonos yukatas a adquirir un amplio elenco de artesanía y productos japoneses, como libros, camisetas, pinturas… E incluso hacerse un tatuaje.

 

EL TELÚRICO TAIKO

Pero el plato fuerte del Matsuri de este año fueron, sin duda, las actuaciones de Taiko (, literalmente, “gran tambor” en japonés). El taiko o tambor tradicional nipón tiene una cualidad profundamente telúrica, que nos conecta con la tierra, con lo más esencial y primigenio. Y a la vez un aire marcial, guerrero, que nos remite a un pasado ancestral y remoto, cuando el Japón era una sociedad campesina y feudal. Este año la primera actuación correspondió al grupo “Barcelona Taiko” (https://barcelonataiko.com) cuya líder, la profesora Helena Machín, improvisó un pequeño discurso donde presentó a su grupo como “la primera escuela de taiko tradicional japonés en Barcelona”. Y explicó: “no practicamos un taiko agresivo, sino que aprovechamos la energía del propio cuerpo para percutir”. Finalmente, agradeció al Cónsul japonés su apoyo y colaboración, “gracias a lo cual estamos hoy aquí”.

 

Barcelona Taiko, en plena actuación

 

Helena Machín, líder de Barcelona Taiko

 

Tras la demostración de Barcelona Taiko, subió al escenario el grupo Tomoro, integrado por Tomoko Takeda (intérprete de flauta shinobue) y Tetsuro Naito (tambor japonés). Posteriormente, se unió a su actuación la bailarina Chieko Kojima.

La música que interpretaron posee, ciertamente, una naturaleza especial: igual nos remansa con el agudo sonido de la flauta shinobue, haciéndonos soñar, que nos exalta cuando arranca súbitamente el tambor, lleno de ímpetu guerrero. Una música ejecutada con una fuerza que no excluye una refinada e inusitada (para los estándares occidentales) cortesía. Momentos inolvidables: el gesto absolutamente reconcentrado de Tetsuro Naito al golpear con fuerza la piel del tambor; la belleza visual de Chieko Kojima al danzar sobre el escenario, con sus coloridos traje y abanicos. La delicadas notas del shinobue arrancadas por Tomoko Takeda. Delicadeza y fuerza: la unión de contrarios que tan bien caracteriza a la cultura japonesa.

 

El dúo Tomoro. A la izquierda, Tomoko Takeda (shinobue) y Tetsuro Naito (tambor)

Tetsuro Naito, percusión plena de fuerza

La bailarina Chieko Kojima, evolucionando sobre el escenario

 

Por último, cabe destacar las actuaciones de Murasaki Taiko (desde Zaragoza) y José Luque, interpretando el instrumento tradicional de cuerda denominado shamisen. Y como ya es tradición en el Festival, la nota lúdica y participativa la puso la danza tradicional conocida como Bon Odori, donde se invita al público asistente a unirse al baile, algo realmente delicioso en esta época primaveral pero casi veraniega.

Tres años sin Matsuri ya eran demasiados. Pero la espera ha valido la pena: nos hemos resarcido de sobra con esta espléndida VIII Edición.

 

 

 

*Luis Caldeiro (luis.caldeiro@periodistes.org) es periodista y dibujante. Es colaborador habitual del semanario político El Triangle y redactor desde hace dos décadas de la revista La Veu del Carrer, perteneciente la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB). También ha colaborado con el diario catalán AVUI y con los digitales Crónica Global, ElCatalán.es, SumaSalut  (de la Mutua L’Aliança) y esadealumni.net (red de antiguos alumnos de ESADE).

 

 

 

 

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