Penitencia, o la implacable fuerza del karma

Nocturna Ediciones vuelve a hacernos vibrar de intriga y suspense con la publicación de la estremecedora Penitencia, segunda novela en su catálogo de la aclamada Kanae Minato.

La autora

Kanae Minato nació en Innoshima (Hiroshima) en 1973 y ya desde joven demostró un especial interés por el género negro, pues devoraba con avidez novelas de misterio de grandes autores de la talla de Agatha Christie, Maurice Leblanch o el japonés Edogawa Rampo. Sin embargo, no sería hasta cumplidos los treinta cuando despegó su meteórica carrera literaria, que le ha valido el sobrenombre de la Reina del Iyamisu, género literario que ahonda en lo más oscuro de la especie humana.

En 2007 fue galardonada con el premio otorgado por la revista Shosetsu Suiri por su relato La santa, primer capítulo de su novela Confesiones, que dos años después recibió el Premio de los Libreros Japoneses y se convirtió en un superventas internacional. Tal fue el éxito de Confesiones que fue adaptada al cine por el director Tetsuya Nakashima y llegó a representar a Japón en los Premios Óscar, entre otras distinciones. Un año después de Confesiones, en 2008, publicó Penitencia, cuya lectura nos ocupa hoy y que también fue objeto de adaptación cinematográfica en 2012, transformada en una serie dirigida por Kiyoshi Kurosawa. Además de estas dos aplaudidas novelas, Kanae Minato ya firma más de dos decenas de obras, lo que la convierte en una de las plumas del género negro más destacables del panorama literario japonés actual.

La obra

Cuando Asako se muda con su familia al pueblo con el aire más puro de Japón tras establecerse allí la sede de Industrias Adachi, de la que su marido es un alto directivo, poco se podía imaginar que se abrirían para ella las puertas del infierno, pues su única hija, Emiri, hallaría la muerte en esta remota localidad. El suceso, como todas las desgracias, sobreviene cuando más inesperado resulta, en plena festividad del Obon. Emiri y otras cuatro niñas del pueblo, Sae, Maki, Akiko y Yuka, de diez años, juegan en el desierto patio del colegio, cerca del pabellón deportivo, cuando un desconocido les pide ayuda para llevar a cabo unas reparaciones. La naturalidad del encuentro y la inocencia infantil no hace sospechar nada a las niñas, de modo que Emiri es finalmente la elegida y parte de la mano del desconocido. Las compañeras de juego nada sospechan hasta que suena por la megafonía del pueblo Greensleeves, la melancólica melodía que anuncia la hora avanzada de la tarde. Es entonces cuando las cuatro amigas descubren el cuerpo de Emiri, violada y asesinada en los vestuarios deportivos.

El crimen sacude a la pequeña población. Sin embargo, pronto, poco a poco, comienza a caer en el olvido, ante los escasos avances que consigue la investigación, que no logra dar con el asesino. Las niñas, pese a lo que cabría esperar por tratarse de testigos directos, tampoco pueden arrojar luz sobre la apariencia del criminal ni sobre cualquier otro rasgo distintivo que pudiera ayudar a darle caza. Así, el tiempo pasa y la desesperación de una madre impotente lleva a Asako a convocar a las cuatro amigas de Emiri tres años después de la muerte de su hija. Y, entonces, les lanza una maldición que pesará como una losa sobre las ya adolescentes: «Nunca os lo perdonaré a menos que encontréis al asesino antes de que prescriba el crimen. Si no lo conseguís, deberéis cumplir una penitencia que yo apruebe por lo que habéis hecho. Si no hacéis ninguna de las dos cosas, os juro que me vengaré de cada una de vosotras». Quince años después, a punto de prescribir el crimen, se desatan las consecuencias de lo acaecido en aquella nefasta tarde de Obon.

Quizá me condenen a prisión, pero eso no me angustia porque sé que, una vez que haya cumplido mi condena, por fin disfrutaré de una vida libre. Ahora me siento en paz.

Con este punto de partida, la novela de Kanae Minato se estructura en tal solo seis capítulos narrados con diferentes voces, correspondientes a los respectivos protagonistas de esta tortuosa historia. Cada uno de ellos, aportará un punto de vista distinto y complementario que, a modo de telar, irá configurando un tejido complejo, cuya trama irá completándose hasta dilucidar cuál es la pieza capital que culmina el puzle: quién fue el asesino de Emiri y qué motivó tan horrendo crimen.

La penitencia de una cobarde solo se completa al armarse de coraje para confesar algo más.

No obstante, los interrogantes flotan en el aire a lo largo de la historia, pues se palpa un misterio oculto como hilo conductor. ¿Hubiera podido eludirse la tragedia? ¿Podrían haber hecho algo las amigas de Emiri para evitar su muerte o, al menos, apresar a su asesino? ¿Será posible que las niñas, tras el crimen, lleven una vida normal, según aparentan? Al menos, la respuesta a esta última pregunta resulta evidente: sin tratamiento psicológico, actuando como si nada hubiera pasado, las cuatro niñas supervivientes, apresadas entre el trauma y la maldición que pesa sobre ellas, esconden profundas heridas que repercutirán en su vida futura y serán determinantes a la hora de que el peso del karma y la maldición de Asako surtan efecto. Pero el destino, la mala fortuna o la fatalidad no solo atrapa a las cuatro supervivientes del crimen, sino que también persigue a la madre de Emiri, que oculta un espantoso secreto que la atormenta desde su juventud. Así pues, nadie está exento de pagar por sus pecados, nadie está libre de cumplir la penitencia impuesta por los hados o por la propia conciencia.

Tal vez me estaba resignando poco a poco a mi destino. O tal vez tenía la premonición, que comenzaba a brotar en mi interior, de que la serie de fatalidades que se habían desencadenado entre vosotras al final me alcanzaría a mí.

De este modo, Kanae Minato profundiza, inexorable, en el lado más sombrío y tenebroso del ser humano y no deja que nadie escape impune de las equivocaciones del pasado ni de las consecuencias de sus actos. Dosifica con insuperable pericia y sutileza la información clave, que se aporta gota a gota, como destilando un líquido precioso, y la tensión latente que palpita en todas las páginas de este sobrecogedor thriller psicológico, en el que la autora construye unos personajes rotundos y bien definidos y no escatima en giros inesperados e impactantes golpes de efecto, siempre ofrecidos en el momento más oportuno y sorpresivo con el único objeto de mantenernos en vilo hasta la última página.

 

 

 

Penitencia

Autora: Kanae Minato

Traductora: Rumi Sato

Editorial: Nocturna Ediciones

Año: 2008 (JP); 2022 (ES)

Formato: impreso

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