La figura del ermitaño montañés ha entrado en nuestras vidas durante este turbulento año. Alejados de la sociedad por razones que escapan a nuestro control, estamos viviendo algo parecido al estilo de vida que siguen los yamabushi japoneses. Encorsetados en su retiro físico en las montañas, su objetivo de hallar la iluminación y realización espiritual sin embargo no conoce barreras. El haiku es una herramienta para escalar hacia esta meta mística, que muchos hombres consagrados al budismo han practicado históricamente.
El término del verano
como el ocaso;
una larga sombra.
En la sombra de mi ventana
nacen y mueren
los días en silencio.
Cae la noche
redondo sosiego
pupila de gato.
Limpiar el óxido
de mi wakizashi;
flechas silbando.