Pensamiento japonés

Entrevista en exclusiva con Yasushi Sato, Cónsul General de Japón en Barcelona

«Quiero llevar nuestras actividades culturales no solo a Barcelona. Quiero visualizar más la presencia de Japón»

Yasushi Sato, Cónsul General de Japón en Barcelona

Conocedor de España y de su idioma. Amigo de sus amigos aragoneses. Culto y lleno de inquietudes. Así es Yasushi Sato, Cónsul General de Japón en Barcelona, cargo del que tomó posesión en Julio de 2020. Una época, no lo olvidemos, especialmente dura: el país acababa de salir del confinamiento, pero aún seguía inmerso en la fase más virulenta del Covid.

Licenciado en Derecho por la Universidad Kansai de Osaka, de 2018 a 2020 fue Profesor Asociado en la Escuela de Posgrado de Políticas Públicas de la Universidad de Kioto. Ingresó en el Ministerio de Asuntos Exteriores nipón en 1984, donde desarrolló una amplia carrera, destacando su trabajo de más de una década en países hispanohablantes como Perú, Uruguay o México, así como en distintas posiciones en la División de América Latina. Antes de ejercer como Cónsul General de su país en Barcelona, desde 2017 fue Director de la División de Cooperación con las Organizaciones No Gubernamentales en la Dirección General de Cooperación Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón.

 

Aki Monogatari: Usted tomó posesión de su cargo en Julio de 2020. ¿Cómo se imaginaba España antes de acceder al Consulado? ¿Era lo que esperaba o ha cambiado su concepción de nuestro país?

Yasushi Sato: Yo ya conocía España, porque había vivido en Zaragoza entre 1985 y 1987. Y en esos dos años, viajé por casi todo el país en mi pequeño Renault 5 de segunda mano. Al llegar a Barcelona, ahora como Cónsul General, naturalmente veo una España moderna, avanzada, tecnológica, digital, etc. Comparar la España de hoy con la de los años 80 ya sería casi un cuento de “Érase una vez…”. En este sentido, la respuesta es sí. Sí, ha cambiado mi concepción de España.

Por otra parte, he podido contactar con mis viejos amigos y vecinos de Zaragoza después de más de tres décadas sin comunicarnos. ¿Y qué me pasó en el primerísimo reencuentro con mis amigos de aquel tiempo después de tantos años? Pues, nada. Empezamos a charlar como si nos hubiéramos visto ayer… Mis amigos españoles siguen tratándome con el mismo afecto y cariño de hace treinta años. En este sentido, la respuesta es no. No ha cambiado mi concepción de España.  

 

A.K.: ¿Piensa seguir la línea de su predecesor en el cargo o va a imprimir un perfil propio a su mandato como Cónsul General? 

Y.S.:  Cada jefe de la misión tiene su idea. Yo tengo la intención de ampliar geográficamente nuestras actividades culturales y de visualizar más la presencia de Japón. Quiero llevar nuestras actividades culturales no solamente a Barcelona -que sin ninguna duda tiene mucho peso en nuestro trabajo, tanto por su tamaño como por los lazos que mantiene con Japón-, sino también a otras ciudades, pueblos, instituciones académicas, etc. En definitiva: donde haya demanda, independientemente del tamaño del evento o del número de habitantes. Creo que esta es una marcada diferencia que tengo con mi antecesor.

 

A.K.: Un Cónsul General ha de ser, por definición, diplomático, políticamente correcto, y en sus declaraciones públicas ha de seguir en todo momento las directrices que le marca su gobierno. ¿Es duro no poder manifestar las propias opiniones?

Y.S.:  No. No es duro porque yo manifiesto mis opiniones. Por supuesto, hablo siempre dentro de mis posibilidades, pero creo que pasa lo mismo en cualquier tipo de trabajo. Si echas un vistazo a las Redes Sociales del Consulado General de Japón en Barcelona, verás cómo disfruto de trabajar y vivir en España.

 

A.K.: ¿Cómo es un día normal en la vida de un Cónsul General?

Y.S.:  En un día tranquilo, llego a la oficina, leo los mensajes y las instrucciones que vienen de Tokio, tengo reuniones internas, autorizo documentos y pagos…así termina la jornada. En un día agitado, que también es muy normal, aparte de todo lo que hago en un día tranquilo recibo alguna visita en mi despacho, visito a autoridades o instituciones para tratar varios temas, participo en inauguraciones, ofrezco almuerzos, y después de la jornada, voy a recepciones, cenas o conciertos ofrecidos por mis colegas, muchas veces con mi esposa.

 

A.K.: ¿Cómo se explica que dos países tan absolutamente diferentes como España y Japón, con dos visiones tan distintas del mundo, tengan tanto interés el uno por el otro?

Y.S.:  Yo soy de la opinión de que España y Japón comparten muchas cosas en común. En España y Japón se come bien y disfrutamos de comer bien. Ni España ni Japón son tan homogéneos cultural y geográficamente como se piensa en otros países: cada región tiene su propia identidad. Además, ambos países han vivido en el siglo XX la triste experiencia de la guerra y sus consecuencias, que han sufrido y han hecho sufrir. Creo que nuestros dos países han trabajado mucho para avanzar hacia adelante, hasta llegar al estatus actual del que gozamos hoy. Toda esa experiencia nos ha hecho aprender y abogar por la democracia, la libertad, los derechos humanos y la paz.

Por otra parte, culturalmente sí que somos muy diferentes, pero creo que eso es justamente lo que hace que nos atraigamos mutuamente. Por ejemplo, a mí me gusta mucho visitar las iglesias románicas y catedrales góticas y ver el desarrollo de las técnicas de construcción de la época medieval. Me pongo a imaginar cómo la gente de esa época veía las pinturas murales y las figuras de la Virgen con el niño Jesús. A su vez, los españoles que viajan a Japón harán lo mismo en la solemnidad de los centenarios templos budistas y santuarios sintoístas.

 

A.K.: ¿Cree que el inusitado interés que existe en España por el Japón es una moda pasajera?

Y.S.:  No lo creo. Y espero que Aki Monogatari tenga cada día más seguidores. La verdad es que, desde que llegué a Barcelona, he visto un creciente interés por nuestro país. Han surgido varios eventos “nuevos” sobre cultura japonesa, organizados por los aficionados españoles e incluso por los Ayuntamientos. Y me impresiona muchísimo el entusiasmo de los organizadores, así como de la gente que va a esos festivales. El Consulado General de Japón está dispuesto a colaborar con los que quieran organizar sus propios eventos y actividades académicas, a condición, por supuesto, de que el tema sea “Japón”.

 

A.K.: ¿El interés que existe en Japón por España es comparable al que hay en nuestro país por el suyo?

Y.S.: Yo diría que sí, o incluso mayor. Y no es algo reciente. En muchas Universidades existen grupos de estudiantes que aprenden, fuera de su carrera, la cultura y la historia de España, así como el castellano. No es nada difícil encontrar una clase de baile flamenco o un restaurante español en las principales ciudades. En Valencia me han asegurado que la mayor participación extranjera en la famosa fiesta de la Tomatina es de Japón. Para nosotros, España es un país fascinante.

 

A.K.: Una pregunta tópica, pero imprescindible: díganos las tres cosas que más le gusten de España.

La inalterada amistad de mis amigos aragoneses.

El placer de viajar para conocer diversos paisajes y monumentos.

La Tarta de Santiago.

 

Y.S.: ¿Cómo calificaría el estado de las relaciones entre España y Japón, en estos momentos?

Muy bueno. Quizás mejor que nunca. España y Japón, que gozan de una democracia madura, trabajan juntos no sólo bilateralmente, sino también en los asuntos globales que involucran a muchos otros países, por el bien de la Humanidad. Creo que, a través del trabajo conjunto en la Comunidad Internacional y las visitas recíprocas, el conocimiento mutuo se ha profundizado mucho.

Hay que destacar que muchos jóvenes españoles van a Japón y, a su vez, muchos jóvenes japoneses visitan España. Y la mayoría quiere repetir.

 

A.K.: Finalmente…¿cómo ve el futuro de las relaciones entre España y Japón?

Y.S.: Aún mejor, por todo lo que he mencionado arriba.

 

 

*Luis Caldeiro (luis.caldeiro@periodistes.org) es periodista y dibujante. Colaborador habitual del semanario político El Triangle y redactor desde hace dos décadas de la revista La Veu del Carrer perteneciente la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB)-, también ha colaborado con el diario catalán AVUI y con los digitales Crónica Global, ElCatalán.es, SumaSalut  (de la Mutua L’Aliança) y esadealumni.net (red de antiguos alumnos de ESADE).

 

                                   

 

 

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