Aunque no tengas ni papa de ping pong. Aunque el anime de deportes no sea tu estilo. Incluso si la animación te causa rechazo. Estas son las razones por las que deberías ver el explosivo anime de Taiyô Matsumoto. No vamos a entrar en detalles sobre su argumento, porque es mejor que lo descubras por ti mismo; solo vamos a ponerte en bandeja las razones para abrirte apetito.
Porque el ping pong mola
Yo tampoco había tenido interés por el ping pong cuando vi esta serie. Pero como buen anime de deportes, sabe mostrar al espectador las virtudes de la disciplina a través de la evolución de los jugadores. No te preocupes, porque no se pone muy técnico. De hecho, apenas explica las reglas, simplemente se queda con lo que realmente le da juego. El ping pong es un deporte muy vistoso y con una velocidad endiablada, lo que queda perfectamente plasmado en el anime.
Porque no tiene estereotipos
Los animes de deportes siempre tienen los mismos tipos de personajes que siguen, en el mejor de los casos, un arco de evolución esperable. Pero en ‘Ping Pong’ cada personaje tiene un carácter distintivo, e incluso nunca vas a saber cómo se resolverán las rivalidades deportivas. Los personajes no viven por y para el deporte: son seres tridimensionales con más ambiciones.
Porque te vas a enamorar de sus personajes
Como consecuencia de lo anterior, vas a ver como en tan sólo 11 capítulos se presentan varios personajes verdaderamente carismáticos. No se abusa de flashbacks (como es común en este tipo de animes), sino que se dejan correr los acontecimientos de manera limpia y elegante. Cuando conoces a los dos protagonistas, Peko y Smile, rápidamente captas una personalidad genuina en ellos. Smile es metódico, serio y rara vez sonríe. Pero a través de Peko, su mejor amigo, intuímos que algo se esconde detrás, pues su carácter no puede ser más opuesto: es un alma libre, impredecible y llena de vivacidad. Los secundarios, por cierto, tampoco se quedan atrás. Especial mención al jugador chino Kong Wenge, que habla en su idioma nativo.
Porque la animación juega a su favor
Si ya conoces a Taiyô Matsumoto sabrás de qué va esto. Sus trazos siseantes y sus personajes desproporcionados crean una atmósfera que a veces se acerca a lo onírico, como un cuadro de Dalí. En ‘Ping pong’ se mantiene este espíritu, con algunas escenas que son de infarto, en las que los brazos se deforman, las expresiones faciales se vuelven incomprensibles… un amalgama de animaciones que no deja de sorprender ni un solo capítulo.
Porque explora la infancia
El sello diferencial de Taiyô Matsumoto es cómo trata a los niños en sus trabajos. Aunque los protagonistas de ‘Ping pong’ son adolescentes, Matsumoto logra con habilidad intercalar ese remanente de infancia que aún queda, esos miedos e ilusiones onmipresentes que nos empujan a tomar las decisiones difíciles y en definitiva, a ser quienes somos. Por cierto: el final es de los que toca la fibra y eso que resulta muy atípico.
Bonus track: Por la banda sonora
Desde el opening ya vemos que se trata de una BSO poco convencional. ‘Ping pong’ se aleja del canon, el j-pop y similares para derrochar personalidad. A pesar de ser una serie de sólo una temporada, hay música buena para dar y tomar.
Una idea sobre “Por qué deberías ver ‘Ping Pong The Animation’”