Pensamiento japonés

‘Soy un gato’ (manga): la dura vida de un gato sin nombre

Clásico indiscutible de la literatura, ‘Soy un gato’ en su versión manga nos acerca a la sociedad en un retrato costumbrista del Japón de la era Meiji. ¿Preparados para entrar en la piel de un felino nipón?

gatososekiSoy un gato (manga)

Autores: Natsume Sōseki (novela), Tirol Cobato (adaptación y dibujo)

Editorial: Quaterni

Traducción: Raquel Ramos Cudero

Formato: Papel

Año: 2015 (ES)

 

gatososeki2La novela original ‘Soy un gato’ merece un reconocimiento excepcional en las letras japonesas. Fue la primera obra celebrada de Soseki, que se encuentra entre los autores legendarios de su país. En ella Soseki plasma una historia de costumbres y cómicos personajes de la era Meiji que le tocó vivir, aquella en la que Japón se estaba abriendo al mundo a marchas forzadas.

El gato protagonista es, en muchos casos, un mero espectador de lo que ocurre a su alrededor. Su dueño, el señor Kushami, es en muchos aspectos un alter ego de Soseki. Kushami es un hombre peculiar, maniático: ejerce como profesor de inglés, aunque lo que más le caracteriza son sus pretensiones artísticas. Y es que la casa de Kushami se convierte constantemente en un lugar de reunión, donde el gato presencia charlas de lo más disparatadas.

Meitei es un pedante amigo de Kushami que siempre está dando la nota con sus observaciones y sus historias. Nunca sabes por dónde puede salir, pero sí que sabes que siempre tendrá que dar la última palabra. Kangetsu, frecuente compañía de Kushami junto a Meitei, es un alumno que realiza sus estudios de doctorado y acude con sus problemas de juventud a la tertulia en casa de Kushami, donde muchos otros van pasando -como si de una obra de teatro se tratara- para dejar su huella.

gatososeki4Pero este manga no sólo es una historia entre japoneses, también hay gatos. El protagonista tiene dos amigos gatos: Mikeko es la gata delicada y guapa a la que todo el mundo adora, y Kuro es el gato enorme del carretero, bruto y orgulloso. Los tres forman otro grupo en muchas ocasiones más racional que el de sus dueños.

La lectura del manga es increíblemente fluida y amena. Las historias entre sus personajes son delirantes a más no poder, tienen una originalidad inigualable. El dibujo es liviano pero muy acertado, le añade simpatía a la historia y la hace atractiva para los jóvenes. En particular, la representación de los escenarios -la casa de Kushami, los jardines donde están los gatos- nos transportan al Japón tradicional de manera excelente.

El original es un libro extenso (más de 600 páginas) y el manga tiene poco más de 200, por lo que la condensación de contenido es evidente, pero eso no es precisamente un factor negativo. Sí es cierto que se pierde parte del trasfondo filosófico y crítico de la novela; pero se gana un mundo en ligereza, frescura y cercanía. Sin embargo, se han respetado con bastante acierto los momentos más brillantes del original y se han remarcado las escenas entre gatos, dotando al manga de un espíritu más afable y ambivalente.

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