La princesa Mononoke es de esas obras que marcaron un punto de inflexión en lo que a la madurez del anime se refiere. Durante mucho tiempo hubo un prejuicio arraigado de tratar toda la animación como un producto ingenuo, infantil y de poca relevancia intelectual, y gracias a filmes así y en particular al trabajo de profesionales como Studio Ghibli, hoy existe una actitud de respeto.
Biblioteca Studio Ghibli: La princesa Mononoke
Autor: Laura Montero Plata
Editorial: Héroes de Papel
Año: 2017
Formato: Papel
Esta es la segunda entrega de la colección Biblioteca Studio Ghilbi, un ambicioso proyecto de Héroes de Papel en el que se va a cubrir toda la producción cinematográfica de los célebres Hayao Miyazaki e Isao Takahata. El viaje de Chihiro abrió la colección con un extraordinario tomo con un análisis muy completo sobre el filme y en este caso, la fórmula ha sido bastante similar. Como de costumbre, la edición es un auténtico lujo y viene acompañada con láminas ilustradas sobre la película que sin duda son un objeto de coleccionista perfecto, siempre y cuando adquiramos el libro a través de la web de la editorial.
Todas las películas de Ghibli son a la vez muy similares y muy distintas entre sí. Similares porque comparten una sensibilidad común, tratan de llegar a la mente del espectador a través de una historia compleja y unos personajes especiales; a menudo, la trama encapsula múltiples referencias a obras clásicas tanto occidentales como orientales, encerrando una simbología que es difícil de desentrañar sin las guías adecuadas. Todo eso es lo que hace a una obra como ésta esencial en la estantería de un buen amante del cine, de la animación japonesa y, más en general, del discurso a través del arte.
Es evidente que La princesa Mononoke ofrece un discurso. Un discurso, de hecho, con varias capas, que se abren poco a poco y dejan al espectador con varias semillas plantadas en su subconsciente en forma de ideas e imágenes. ¿Quién ha podido olvidar al espíritu del bosque? ¿Acaso no es la perpetua lucha de la humanidad contra la naturaleza un tema capital en la historia? Miyazaki insiste, cuando le preguntan, que su obra no es un elaborado enigma en el cual todo tiene un significado oculto, pero está claro que las piezas forman finalmente un manifiesto: ecológico, humanista e incluso histórico.
Una de las cosas más llamativas de la gestación de la película es que nace de un manga anterior, del mismo nombre, pero con una historia distinta casi al completo. Fue un trabajo de brainstorming convertir eso en la obra que podemos disfrutar en la actualidad. Es sorprendente descubrir muchos de los secretos que esconde, especialmente gracias a una figura como Laura Montero, doctora en Historia del Cine por la Universidad Autónoma de Madrid. La lectura que nos encontramos aquí no solo es instructiva, sino también amena y divertida. Esperamos con ansias las próximas entregas de la colección de Héroes de Papel.