Ihara Saikaku, una de las grandes figuras literarias del siglo XVII japonés y maestro en retratar la sociedad de su tiempo, recopila cuarenta historias dedicadas a ensalzar la Vía del amor viril, espejo de una honorable manera de vivir el amor entre hombres, puesto a nuestro alcance por Alianza Editorial en formato bolsillo.
El autor
Ihara Saikaku vino al mundo en 1642 con el nombre de Hirayama Tōgo en Osaka en el seno de una familia de comerciantes. Desde muy joven, destacó como consumado poeta, pero fue su prosa la que lo consagraría como el mayor escritor de su tiempo, ya que supo plasmar como nadie, con un estilo propio que combina el costumbrismo y el realismo más elocuente y mordaz, la vida de la nueva clase social de los chōnin, en constante crecimiento en el Japón Tokugawa, y de los barrios licenciosos de las más boyantes capitales de su época (Edo, Kioto y Osaka), en la que la picaresca y la vida disoluta formaban parte indisoluble del día a día del ukiyo, el efímero mundo flotante.
Si bien Saikaku escribió sobre una amplia variedad de temática social, podríamos destacar, en cuanto a literatura galante se refiere, sus obras más conocidas, como Hombre lascivo y sin linaje, El gran espejo de la belleza femenina, Cinco amantes apasionadas o El gran espejo del amor entre hombres, que nos ocupa.
Pese a su gran popularidad, Saikaku no obtuvo en los círculos literarios contemporáneos el reconocimiento que merecía, en parte debido a sus orígenes, pero también a la temática plebeya y erótica de sus obras. No sería hasta finales del siglo XIX y principalmente ya en pleno siglo XX cuando se redescubrió la envergadura literaria de este gigante de las letras niponas, pionero en retratar, con un agudísimo ojo clínico y refrescante originalidad, la cotidianidad de la sociedad que conoció.
Saikaku falleció en la misma ciudad que lo vio nacer, en Osaka, en 1693, dejando para la posteridad una producción literaria excepcional que lo ha llevado a ser reconocido, en la actualidad, como el escritor de ficción más destacado de su época.
La obra
El gran espejo del amor entre hombres narra la Vía del amor viril, o nanshoku, a través de cuarenta historias divididas en dos bloques de veinte relatos cada uno, dedicados, respectivamente, al amor entre samuráis y al amor entre actores. Se trata de dos maneras muy diferentes de entender el amor homosexual, reflejo ambas de los mundos que retratan, tan distantes entre sí y que, sin embargo, comparten la sinceridad de sentimientos y el arrebato de la ardiente pasión.
Por lo general, el amor de una mujer se asemeja a los sarmientos de la glicinia, que, aunque tengan flores, siempre son retorcidos. Un joven, por el contrario, es igual que la primera flor del ciruelo: posee una belleza sutil e indecible, de exquisita fragancia, aunque en el tallo haya alguna espina.
En la primera parte de la antología, dedicada a las relaciones entre samuráis y jóvenes de su misma casta que aún no han alcanzado la mayoría de edad, atendemos con nuevos ojos a este estrato social. Sin renunciar a la honorabilidad y bravura asociadas tradicionalmente a esta jerarquía guerrera, comprobamos que los vínculos establecidos por los individuos que siguen la Vía del amor entre hombres, responden a la entrega incondicional, a una dignidad cuyo respeto sobrepasa la estima de la propia vida, a la intensidad de una pasión que se traduce en juramentos de fidelidad eterna y amor puro hasta más allá de la muerte. Al mismo tiempo, la entereza, resolución y rectitud de estos hombres se materializan en duelos sangrientos como restitución de afrentas sufridas, así como en conductas ejemplares que dignifican el sacrificio por el ser amado. Relatos, en fin, que plasman lo más excelso y trágico del amor entre samuráis.
Otro cariz toman las historias entre los bellos efebos del mundo flotante que, desde las tablas de los teatros, roban el corazón de sus admiradores. Se trata principalmente de muchachos que, además de interpretar durante el día papeles femeninos como onnagata en los teatros, intentan ganarse la vida y pagar sus deudas prostituyéndose por la noche. Serán, pues, en esta ocasión, los escenarios habituales de estas historias no solo los teatros más de moda, sino también las chaya, donde, bajo su apariencia de casas de té, se amañan citas clandestinas entre los jóvenes actores y sus admiradores, cuya obsesión por los muchachos objeto de sus anhelos los puede conducir a perder no solo su cabeza, sino también sus posesiones. La vida disipada del mundo flotante y los libertinos que la habitan, no obstante, esconde también la fatalidad de estas beldades masculinas entregadas al amor homosexual, que no escapan de la crueldad y el sufrimiento, y cuyas historias, en ocasiones, se convertirán en ejemplo de entrega y amor incondicional.
Cuando aparece en escena tocado con la peluca femenina, su cara es una luna resplandeciente entrevista tras las nubes. ¿Y sus ojos? Dos flores de loto. ¿Y sus palabras? Regalos dulces y rebosantes de arte.
Quizá los relatos contenidos en El gran espejo del amor entre hombres nos llamen la atención por lo jóvenes que son sus protagonistas, pero, al mismo tiempo, son todos ellos dignos de alabanza por la intensidad, franqueza y madurez de los sentimientos reflejados, no exentos, en ocasiones, de una declarada misoginia.
Las mujeres son criaturas que sirven para un simple amorío, para un entretenimiento pasajero. Pero para el amor, para el amor de verdad, los hombres.
En cualquier caso, es indiscutible que tenemos ante nosotros una obra maestra que nos brinda la oportunidad de aproximarnos a la Vía del amor viril desde una perspectiva que conjuga a partes iguales la autenticidad y el atrevimiento y que, trascendiendo lo meramente literario, deja entrever la complejidad los sentimientos entre hombres en el siglo XVII nipón.
El gran espejo del amor entre hombres
Autor: Ihara Saikaku
Tradutores: Carlos Rubio y Akiko Imoto
Editorial: Alianza Editorial
Año: 1687 (JP); 2022 (ES)
Formato: papel