Érase una vez un pueblo apartado de la civilización, en el cual la leyenda dice que hubo sirenas con poderes mágicos que se comían a los lugareños y… bueno, no recuerdo qué más, pero eso es lo de menos. El tema es que las sirenas existen, y sus poderes son algo tan impresionante que en ocasiones no sabes si estás soñando cuando has visto una, o si de verdad pueden ocurrir cosas tan absurdas en el mundo real. Qué más da. ¡Son una pasada!
No hay nada más auténtico en el anime de Masaaki Yuasa como esta absoluta falta de racionalidad en sus trabajos, que alcanza una nueva cota jamás vista en ‘Lu Over the Wall’: su último filme, lanzado recientemente en la cartelera española pero que ya se estrenó en Japón el año pasado. No podemos dejar de señalar lo admirable que resulta que, teniendo en cuenta la oferta tan pobre de animación japonesa que tienen los cines españoles -pues solo llegan los grandes éxitos aptos para la mayoría del público- podamos disfrutar de una obra tan excéntrica como ésta, si bien es cierto que son muy pocos cines en nuestro país (apenas seis) que la ofrecen.
Una de las razones gracias a las que Yuasa ha podido desmelenarse como nunca antes es porque la historia y el guión han sido de nueva creación, en lugar de haberse basado en obras previas, como ocurriese con Ping Pong The Animation o The Tatami Galaxy. Unido, por supuesto, al mayor estado de madurez del artista japonés, que por momentos parece querer imitar el estilo fantástico-tradicionalista de Studio Ghibli: retrata un mundo gobernado por las maravillas vivientes de la naturaleza, con seres fantásticos de los mares que gobiernan sobre una dimensión propia, más rica, colorida y pura que la esfera en la que se encierra la humanidad.
Lo cierto es que ‘Lu Over the Wall’ huye de la formalidad estética y el cine de animación modélico que representa Studio Ghibli, y prefiere experimentar con todo lo que se encuentra: la manera de construir personajes, de contar la historia y por supuesto, de formular la animación. Conociendo a Yuasa a nadie sorprende su tendencia para sorprender al espectador, sacrificando con ello el ritmo narrativo en ocasiones. En esta película la sucesión de acontecimientos es tan atractiva como caótica, a veces no se sabe bien dónde están los límites de su mundo fantástico y, llegado a determinado punto, no queda más remedio que desconectar el sentido común para seguir disfrutando de la película.
Hay que reconocer que estos desvaríos nos dejan con varias escenas verdaderamente memorables, algunas de ellas guiadas por la música y una animación psicodélica maravillosa, inolvidable, de estas que quieres repetir una y otra vez hasta la extenuación. Tras haber roto moldes este año con la popular ‘Devilman Crybaby’ en Netflix, Yuasa ha demostrado aquí con una fórmula similar -pero de un ritmo completamente diferente- que sabe alinear todos los elementos para crear momentos extraordinarios. Las escenas en la serie de los demonios con música infernal y coreografías psicotrópicas tienen mucho en común con los bailes imposibles que se orquestan en la aldea de las sirenas de Lu.
Yuasa tiene todavía un camino que recorrer para alcanzar la maestría de otros compañeros de oficio como Hayao Miyazaki o Mamoru Hosoda, pero predecir que les alcanzará no es ninguna locura. Dentro de su estilo es el mejor: sabe llegar hasta extremos a los que nadie ha llegado manteniendo una cohesión notable en la obra, y además, con una diversidad de géneros muy meritoria. ‘Lu Over the Wall’ es un filme imprescindible para entender cómo evoluciona la animación japonesa.