Pensamiento japonés

¿Qué es realmente el manga?

Todos reconocemos el manga como el «cómic japonés», un símbolo indiscutible de la identidad japonesa. Al contrario de lo que mucha gente piensa, el manga es un medio de consumo muy extendido y con público de todas las edades y condiciones sociales. Además, el formato narrativo pictórico que representa el manga ya estaba presente en la sociedad japonesa desde hace mucho más tiempo del que parece, concretamente hace aproximadamente dos siglos. Entonces, ¿qué es el manga?

La palabra manga (漫画) es a menudo traducida como «irresponsable», «inconscecuente» (man) e «imágenes» o «pinturas» (ga). Este término se considera acuñado por Santô Kyôden en 1798, un artista y escritor del Japón en la era Edo tardía. Este periodo histórico es famoso por haber popularizado y mercantilizado el arte pictórico a través del ukiyoe y el sumie, pero no existía todavía en estos el diálogo, el formato de viñeta o cualquier secuencia argumental como en nuestros tomos de manga favoritos de hoy en día. En 1814 se emplearía el término en obras como Manga Hyakujo (100 viñetas de chicas) o la célebre colección Manga de Katsushika Hokusai algunos años después.

Para un japonés, «manga» es el apelativo común para referirse a lo que en Occidente se entiende como cómic. Es por esa razón, por ejemplo, que si buscamos «manga» en la wikipedia japonesa, encontramos que la entrada se titula «manga japonés» (日本の漫画), haciendo explícitamente referencia a que es producido en Japón. A pesar de ello, un grupo de dibujantes decidió crear la denominación «gekiga» (劇画) que se podría traducir como «imágenes dramáticas» para diferenciarse del manga. Este movimiento es similar al que ocurrió en Occidente con la popularización del concepto «novela gráfica» para otorgar un matiz diferenciador sobre aquellas obras con un tono más maduro. En ambos casos, estas categorizaciones no establecen una diferencia drástica, y a menudo encontramos el uso de ambas palabras de forma indiferente.

Tokyo Puck magazine

Ciertos investigadores señalan que el kusazoshi, la «literatura ilustrada» del periodo Edo es en cierto modo un predecesor del manga, en el sentido de que incluye texto en las ilustraciones, pero más como una manera de aderezar o acentuar la ilustración que como una manera de narrar una historia. Estas obras tuvieron un grandísimo éxito, promoviendo los servicios de alquiler de libros (ya que eran muy caros de producir). En ellas podemos identificar algunos rasgos del manga actual, como la separación en cuadros de los dibujos o, en algunos artistas, su tendencia al humor o la sexualidad.

Según algunas fuentes, se considera que la evolución al formato moderno del manga fue causa de la influencia británica, en concreto de Charles Wirgman, corresponsal desplazado a la ciudad de Yokohama. Este hombre comenzó la publicación de una revista llamada Japan Punch en 1861 y, siguiendo las pautas de la revista satírica London Punch, era una publicación sobre la actualidad del país con contenidos diversos, entre ellos, historietas «cartoon» y contenido político.

Shôjo Sekai

 

Tras la Restauración Meiji, el formato difundido por Wirgman fue adoptado por los propios japoneses, publicando en 1874 la primera revista de dibujos, titulada Picture Newspaper JaPonchi. A pesar de que fue un verdadero fracaso comercial, sentó las bases para que se empezaran a editar más trabajos de este tipo, como por ejemplo la revista Shonen Sekai (1895), representando fábulas, viñetas sobre historia e historietas para niños. Poco después en 1902 llegaría la versión para niñas, Shôjo Sekai. Sí, hace más de 100 años que existe el shôjo, ¿verdad que es increíble?

A partir de este momento, una cantidad ingente de revistas para niños, niñas y adultos de todas las edades se lanzaron, sin embargo, no fue hasta la llegada de Osamu Tezuka cuando el manga ganó la madurez necesaria para ser verdaderamente considerado un éxito entre el público mayor de edad. Podríamos afirmar que el manga, el cómic japonés, siempre ha sido mucho más efectivo con los niños y los adolescentes, posiblemente por su capacidad para estimular más fácilmente la creatividad. Sin embargo, hay que considerar que desde hace ya medio siglo existen obras de culto que han sabido demostrar por qué el manga, incluso en sus particularidades, puede representar la naturaleza humana y ejercer como vehículo para reflexionar sobre ella.

Miss Haneko Tonda, de Kitazawa

Comprender la historia del manga nos permite valorar mejor su capacidad para servir de instrumento cultural en cada época, y en última instancia, descubrir que es el resultado de muchos artistas japoneses de gran habilidad durante muchos años, tratando de representar una realidad sobre el papel. El manga, como el cómic occidental, es un medio con inmensas posibilidades artísticas, que es influenciado por otras artes y al mismo tiempo es capaz de influenciar a medios como el cine o la literatura.

Es importante, por tanto, no discriminar al manga y aceptar que, aunque los mangas más populares son a menudo dirigidos a adolescentes y siguen unas pautas similares, la amplitud del medio es excepcionalmente amplia y rica en sus variantes. El manga ha evolucionado, como es lógico, a través de la sensibilidad y la cultura de la sociedad japonesa, por lo que a una persona con poco conocimiento le puede parecer un medio generalmente no apto para lectores no japoneses. Esta percepción es muy superficial, y cualquiera que sepa disfrutar de la literatura y los cómics puede encontrar muchas obras verdaderamente apasionantes y únicas entre el mercado del manga japonés.

 

Fuentes:

 Adam L. Kern – Manga from the Floating World.

Helen McArthy – A brief history of manga

Tokyo Creative – Art from the Edo Period. The origins of Manga

Wikipedia

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