Las geishas no son las únicas bailarinas de la historia de Japón. En los periodos Kamakura y Heian, un grupo de mujeres con indumentaria masculina llamadas shirabyōshi entretenían a nobles y samurais, formando parte en ocasiones de la compañía de importantes generales.
Eran principalmente bailarinas y artistas. Las shirabyōshi (白拍子 «ritmo blanco») fueron especialmente populares en el siglo XII. Al igual que las geishas ofrecían espectáculos con instrumentos, tales como la flauta travesera o el tambor, pero además eran cantantes y cultivaban la poesía de naturaleza budista, con fuerte inclinación hacia la naturaleza.
La ropa que llevaban era de hombre y seguía unas reglas estrictas. Debían llevar espada como un guerrero, enfundada a la cintura, de tamaño algo más pequeño que la de un hombre. También tenían un sombrero típico de los samurai para ceremonias formales, que cubría total o parcialmente su largo cabello. El torso y las piernas se cubría con un hakama, una prenda masculina tradicional emparentada también con la alta aristocracia.
La influencia de estas artistas se hace notar en dos aspectos. Por una parte, en asentar un modo de entretenimiento de la nobleza y casta samurai. Sus contribuciones a la danza kusemai serían formalizadas más tarde en el teatro nō. Por otra parte, y aunque no era su función en la sociedad, ocasionalmente fueron amantes o concubinas de importantes personajes históricos. Destaca la shirabyōshi Shizuka-gozen, que mantuvo una relación con Minamoto no Yoshitsune, trascendental en las guerras Gempei a finales del periodo Heian. En el videojuego Shogun 2: Total War las shirabyōshi son personajes estratégicamente muy importantes para animar a los generales de nuestro clan.