Pensamiento japonés

Entrevista a Kimono Club Valencia sobre la exposición: “Kimono. De la tradición a la moda. Un siglo en kimonos”

Desde sus comienzos en 2011, Kimono Club Valencia ha participado en sus diez años de vida en numerosos eventos relacionados con Japón y la difusión del kimono en Occidente, tales como la exhibición de kimonos en la Japan Week de Valencia de 2012, las diferentes ediciones de la Semana Cultural Japonesa de Cullera, un sinfín de talleres de kitsuke o, en colaboración con Heiwa Chado Valencia, la ceremonia del té celebrada en el MUVIM de Valencia en 2016, por solo citar algunos de ellos. Su amor y dedicación a la labor de difusión de esta prenda tradicional japonesa ha culminado en la fabulosa exposición que, desde el pasado 28 de octubre y hasta el 28 de febrero de 2022, podemos visitar y admirar en el Museo del Arte Mayor de la Seda de Valencia. Este es el motivo por el que agradecemos a Kimono Club Valencia que hayan atendido nuestra solicitud de concedernos una entrevista, cuyo interesantísimo resultado os ofrecemos a continuación.

AM: Es la primera vez que en nuestro país se organiza un evento de estas características y envergadura. ¿Qué ha supuesto para KCV su comisariado?

KCV: Ha supuesto muchas cosas, a niveles distintos. Por un lado, nos ha proporcionado una oportunidad única para darnos a conocer al público en general y para que, desde ciertas instancias, se reconozca el trabajo que llevamos haciendo desde hace muchísimos años y que creemos que ha pasado un tanto desapercibido. Nos gustaría pensar que este evento ha puesto a Valencia en el mapa de los kimoneros, por así decirlo. En Japón, el hecho de que unas valencianas se hayan atrevido a montar una exposición de kimonos y, sobre todo, que se hayan atrevido a montarla sobre maniquíes, ha generado bastante expectación en ciertos círculos y su acogida a esta iniciativa ha sido fantástica.

Por otro lado, ha supuesto un reto inmenso para las personas implicadas en la preparación de esta exposición. Somos un club pequeño y no todas las socias han podido o querido colaborar en el montaje de esta exposición. Para las que sí lo han hecho han sido dos años de esfuerzo constante, desde las primeras reuniones para decidir qué piezas se exponían y con qué se combinaban hasta la locura de la última semana en la que se ha procedido a montar físicamente la muestra. Aunque tenemos tendencia a mirar con ojo crítico lo que hacemos, no podemos dejar de sentirnos orgullosas de haber llegado hasta aquí.

AM: ¿Cómo comienza a gestarse un proyecto tan ambicioso como este?

KCV: Esta exposición tiene una historia bastante larga y accidentada. La idea inicial fue de la actual secretaria, Anna Miró, que hace más de quince años intentó montar una pequeña muestra aquí en Valencia y que se cayó de cartel por cuestiones políticas. Más tarde, a nuestra presidenta Miriam Ocaña le pareció una idea interesante y estuvo haciendo gestiones, pero no llegó a materializarse hasta que, en 2019, entramos en contacto con el Museo de la Seda, y justo en el mes de octubre (y casi el mismo día de la inauguración de la exposición) firmamos un convenio de colaboración que marcó el inicio de la preparación de esta muestra tal y como la podemos ver ahora.

AM: ¿Qué va a encontrar el visitante de esta exposición? ¿Cuál es el eje vertebrador en torno al que se constituye?

KCV: La idea central de esta exposición es que el kimono es ropa y, por tanto, moda. Por ello, está vivo y cambia, aunque sea heredero de una tradición de cientos de años. Frente a otras exhibiciones que se centran en la idea que el kimono es arte, quizá inspirados por enfoques mas pictóricos al estilo de las exposiciones de Itchiku Kubota, nosotras vemos al kimono fundamentalmente como una prenda de vestir, que tiene sus tendencias y sus vaivenes y que pierde su esencia si no se dedica a lo que era su función inicial: ser llevado por una persona. Por eso, nuestra premisa inicial, que era innegociable para que la exposición se realizara, era que los kimonos que la componían debían presentarse sobre maniquí, con todos sus complementos, tal y como los llevaría una mujer por la calle y donde se pudiera apreciar la influencia del gusto personal y la época en los estilismos.

Lo que se va a encontrar el visitante es una variedad de tejidos y técnicas, porque otro de los tópicos con el que queríamos romper era el de la imagen orientalista que se tiene del kimono en Occidente: una prenda suntuaria, llena de bordados, hilo de oro, pájaros y flores. El kimono ha sido, y aún es, una prenda de diario, y que algunos tejidos sean aparentemente simples no significa que sean sencillos de hacer: es necesario ser un artesano extremadamente habilidoso para poder producir esa tela. El kimono no solo es suntuoso y ceremonial; también es acogedor, sobrio, elegante, kawaii, iki y rebelde y nosotras hemos intentado traer el máximo de estas distintas expresiones a la muestra.

Nos gustaría destacar que, aparte de kimonos, se exponen también los complementos que se llevan con ellos: calzado, bolsos, paraguas, peinetas y agujas para el cabello y obidome, que es la única joya que se ha llevado tradicionalmente con kimono. Creemos que la muestra no estaría completa sin todos estos objetos que forman parte del paisaje habitual del vestuario japonés.

Además, hay una parte de documentación gráfica donde se explican los distintos tipos de kimono y se exponen portadas y fotografías de revistas especializadas desde 1930 hasta la actualidad y que reflejan los cambios que ha sufrido el discurso sobre el kimono en el último siglo.

 

AM: ¿Cuál es la procedencia de las piezas expuestas?

KCV: Todas las piezas expuestas vienen de Japón y pertenecen a las colecciones particulares de las socias que han colaborado en esta muestra. Son todas ellas auténticas y no reproducciones que hayamos confeccionado nosotras, como nos preguntaba un visitante. Ciertamente nos sorprendió mucho que alguien pensara que tenemos los conocimientos, habilidad y materiales necesarios para tejer, teñir, estampar, bordar o pintar piezas como las que se exponen al público. El dominio de solo una de estas técnicas requiere muchos años de aprendizaje y dedicación, no nos podemos imaginar cómo se podría alcanzar la maestría en tantas disciplinas distintas.

 

AM: De los treinta conjuntos que componen la exposición, ¿destacaríais alguna pieza en particular? ¿Por qué?

KCV: Nos gustaría destacar dos piezas: una es el kimono del Artista Invitado de este mes, Ryo Abe, que nos ha mandado un maravilloso kimono de verano y dos obi estampados con la técnica bingata. Originaria de Okinawa, esta técnica aplica pasta de arroz sobre el tejido mediante una plantilla, creando zonas de reserva que quedarán en blanco al aplicar el tinte. Este proceso se repite con todos los colores que componen el estampado y los detalles finales se pintan a mano. Es un proceso laborioso que da unos resultados espectaculares y nos sentimos muy honradas de poder exhibir un trabajo como este aquí en Valencia.

La segunda pieza es un obidome de plata realizado expresamente para esta exposición por la joyera japonesa residente en Valencia Mizuho Kobayashi. Toma un motivo auspicioso totalmente tradicional, sho-chiku-bai (pino, bambú y flor de ciruelo), que suele aparecer en los utensilios y dulces que se usan especialmente en Año Nuevo y le da una interpretación muy delicada y contemporánea. Está expuesto formando parte de uno de los conjuntos de invierno, porque queríamos mostrar cómo un solo detalle sitúa un kimono relativamente neutral en una fecha muy concreta.

Obidome creado por Mizuho Kobayashi. Fotografía cortesía de © Kimono Club Valencia

AM: ¿Cómo ha sido el proceso técnico de montaje y organización de la exposición?

KCV: El primer paso consistió en decidir cuáles eran las líneas temáticas de la exposición, qué piezas nos parecía interesantes y dónde podían encajar. La prenda inicial propuesta podía ser un kimono, un obi (fajín) o un haori (chaqueta) y, a partir de ella, se buscaban las piezas que iban a acompañarla para montar un conjunto completo. Primero se realizó un inventario fotográfico de todas las piezas para poder pensar las combinaciones. Luego nos reunimos y comprobamos en persona si de verdad las prendas combinaban entre sí y le buscábamos un estilismo. Este momento del proceso es muy importante, porque piezas que en teoría combinan no acaban de encajar cuando las ves juntas, debido a texturas o matices de color, y los complementos son fundamentales para que un conjunto se vea cohesionado y acabado. El mundo del kimono es un mundo de detalles y cosas pequeñas que se ven poco, pero que pueden convertir un conjunto corriente en algo especial.

Una vez finalizado el conjunto, se fotografiaba completo, se le adjudicaba nombre, número y un puesto en las salas según temática, se inventariaban todas las piezas que lo componían con el nombre de la socia a la que pertenecen y se empaquetaban todos los elementos juntos para facilitar el montaje final.

Este inventario ha servido de base para elaborar parte de la información que acompaña la exposición.

AM: ¿Cuál ha sido el mayor desafío al que os habéis enfrentado durante la preparación de la muestra?

KCV: El tener que montar esta exposición durante nuestro tiempo libre, cuando era una tarea que hubiera requerido dedicación a tiempo completo. Todas las socias implicadas trabajamos y algunas de ellas se encontraban fuera de Valencia por motivos laborales. La exposición ha ocupado buena parte de nuestro tiempo libre durante estos dos años y los dos últimos meses previos a la exposición lo han requerido todo.

Luego, a nivel técnico, nos encontramos con dos desventajas con respecto a una exposición que se hubiera realizado en Japón. La primera fue la necesidad de generar alternativas a todas las piezas interiores que lleva un kimono, que no se ven, pero que le dan el aspecto que debe tener el kimono a partir de principios del siglo XX. Aunque estas piezas no son demasiado caras, no era factible comprar todas las necesarias para vestir treinta maniquíes y traerlas a España. La segunda desventaja fueron los propios maniquíes: el ideal estético de una mujer en kimono es una silueta estilizada y sin curvas, y los maniquíes occidentales no se ajustan para nada a este ideal. Como no era posible conseguir maniquíes de kimono japoneses, tuvimos que emplearnos a fondo para corregir, en lo posible, su silueta, a base de toallas y relleno para patchwork. Fue un trabajo añadido que ralentizó bastante el montaje físico de la exposición.

AM: Como comisarios de la exposición, el aporte de trabajo e ilusión ha debido de ser inmenso, pero si tuvierais que destacar algún aspecto en concreto de todo el proceso, ¿cuál sería?

KCV: La necesidad de trabajar en equipo; ni las ideas ni los convenios firmados hubieran llegado a ningún lado sin el esfuerzo y el apoyo incondicional de otras socias, especialmente de nuestra vicepresidenta, Laura Pérez, y de Miki Sato.

Y cómo el esfuerzo que hemos hecho por comunicar y transmitir al público nos ha obligado a replantearnos conceptos que creíamos sabidos y a reflexionar sobre nuestra propia evolución desde que empezamos a vestir kimono.

AM: El escenario del Museo del Arte Mayor de la Seda como ubicación de la muestra no es casual. ¿Cuál es el vínculo que une la seda valenciana con el kimono japonés?

KCV: Hay muchos puntos comunes entre Valencia y Japón, no solo en la seda. El arroz es fundamental y necesidades similares nos han llevado a desarrollar conceptos parecidos: el calzado tradicional de los campesinos japoneses es casi idéntico a les espardenyes de careta valencianas; la idea del tanmono (rollo de seda, de aproximadamente 12 metros de largo y a partir del cual se elabora un kimono completo), que tiene su casi exacto equivalente en el corte estrecho de valenciana, que se vende en longitudes predeterminadas de 12 a 13 metros. O la historia de la seda tsumugi, que se elabora a partir de los hilos rotos que los criadores de gusanos no vendían a los mercaderes de seda y que luego teñían y tejían en casa para uso doméstico y ocurría igual en Valencia.

AM: Además de presencialmente, ¿se podrá acceder a la exposición a través de algún otro medio o canal?

KCV: En principio, no se ha contemplado esta posibilidad. Las texturas y los detalles de los conjuntos se aprecian mucho mejor en directo.

AM: ¿Queréis hacer un último comentario para nuestros lectores o alguna mención especial?

KCV: Señalar que la vitrina del Artista Invitado será renovada cada mes y se irán exhibiendo piezas de distintas artesanías japonesas.

Concluimos esta entrevista con una galería de imágenes, una pequeña muestra de esta maravillosa exposición, que os animamos a visitar.

 

 

 

 

 

 

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