A menudo encontramos en los medios generalistas, tanto españoles como internacionales, artículos que tratan de caricaturizar a la sociedad japonesa. Con grandes titulares y desde una inclinación al clickbait, hace poco afirmaban cosas como «¿Puede la crisis del sexo dejar Japón vacío?» (BBC), «Por qué casi la mitad de los jóvenes japoneses son todavía vírgenes» (El Mundo), «¿Por qué los japoneses no quieren practicar sexo?» (ABC) o «Por qué los jóvenes japoneses no están practicando sexo» (The Observer). Este tipo de contenidos además suelen aparecer, de manera coordinada, en todos los periódicos a la vez, tratando de atrapar así al máximo número de lectores ávidos de curiosidad por este aparente fenómeno.
La mala interpretación de las estadísticas
Algunos de los argumentos que sustentan este tipo de artículos se sustentan en recientes encuestas. De éstas se extraen números como que «un tercio de los jóvenes de menos de 30 años nunca han tenido una cita» o «el 90% de las mujeres preferirían seguir estando solteras», por poner dos ejemplos. Cuando uno lee este tipo de noticias con un ojo crítico y un poco de conocimiento de estadística, rápidamente descubre que el rigor periodístico brilla por su ausencia. Las estadísticas son como un preso sometido a la tortura que, con la suficiente presión, puede decir lo que se le pide aunque se lo tenga que inventar. La interpretación maliciosa hace el resto.
En primer lugar, estas estadísticas se fundamentan en aspectos claramente diferentes al sexo, puesto que hacen referencia más bien a la manera de relacionarse entre los japoneses, no a sus inclinaciones respecto al acto sexual. Se puede tener sexo sin tener una cita, del mismo modo que la opinión de las mujeres que «prefieren seguir solteras» no incluye a las mujeres que ya tienen pareja, cuyo porcentaje no se menciona; y de nuevo no se hace referencia a la práctica del sexo.
Como bien señalan en Kotaku, se hace referencia a un supuesto dicho japonés que afirma «el matrimonio es la tumba de la mujer». Este dicho no sólo es erróneo, sino que sea ha tergiversado del real «el matrimonio es el cementerio de la vida» (結婚は人生の墓場である). Este dicho popular no es exclusivo japonés, puesto que en países como España, también se dicen otros similares («te casaste, ¡la cagaste!»). En general, este tipo de concepciones «dañinas» sobre el matrimonio ni son exclusivas de Japón, ni significan una carencia sexual.
Una sobrecarga de trabajo desmotiva el sexo
A menudo se trata de justificar esta supuesta falta de sexo de los japoneses teniendo en cuenta la disciplina de trabajo que tienen, en la que se hacen largas jornadas de trabajo que no dejan ni tiempo ni ganas para dedicarse a los placeres, como el sexo. Una manera ilustrativa de contrastar esta información es acudir a los medios japoneses, para comprobar si esta alarma también la comparten.
Encontramos por ejemplo en el blog de Yuta Aoki (más conocido en Youtube como Yuta el japonés) un elaborado artículo estadístico en el que se concluye con bastante claridad que la vida laboral y la vida sexual no tienen ninguna relación atendiendo a los datos de otros países de similar categoría.
Yuta demuestra también, en relación con el primer punto de este artículo, que la relación entre el índice de enlaces matrimoniales y la frecuencia de sexo no debe de llevar a conclusiones definitivas. El matrimonio, de hecho, es un acuerdo entre parejas cada vez menos habitual en muchos países, que al mismo tiempo no implica una reducción en la práctica del sexo contrastada.
La baja natalidad causada por el desinterés
Japan Times agudiza más la vista para analizar un tópico también muy extendido: que la disminución de nacimientos en Japón nace de una pérdida de interés en el sexo. En un interesante artículo señala las razones por las que la evolución de la economía mundial -no sólo japonesa- cambian las tendencias de la sociedad, que ahora es más libre para elegir cuándo y cómo tener hijos. En última instancia, la baja natalidad no depende exclusivamente de la falta de interés en el sexo, sino por todo un abanico de factores socioeconómicos.
La supuesta falta de parejas sexuales
Este mismo periódico también desmiente la estadística, tan extorsionada por los medios sensacionalistas, de que el 69% de los hombres y el 59% de las mujeres en Japón no tienen «pareja sexual», que el 30% no tienen esperanza en encontrarla, y que el 42% son vírgenes. Ahora bien, ahí donde dicen «pareja sexual», el estudio dice «kōsai aite«. ¿Qué significa kōsai aite? Se ha traducido, erróneamente, como «pareja sexual», cuando también puede significar «amigo». Esta diferencia es fundamental, ya que el concepto de amistad y pareja sexual han cambiado mucho en los últimos años en Japón: antiguamente, tener una amistad con alguien del sexo contrario era muy extraño, y la relación que había entre ambos se sobreentendía con una finalidad sexual. Ahora las relaciones se han ampliado, y tener sexo sin compromiso es habitual.
Los «hombres herbívoros»
Se menciona, por cierto, el término «hombres herbívoros», un polémico concepto para designar a aquellos hombres que han perdido su interés por el sexo. Ésta es una interpretación sesgada de la que originalmente se le asignó: son aquellos hombres que se diferencian de anteriores generaciones en tener una relación con las mujeres menos agresiva en términos sexuales, siguiendo la misma tendencia que lo comentado en el párrafo anterior.
2 ideas sobre “Desmontando el mito: la ausencia de sexo en Japón”
Buen artículo.
Tanto mito, cuando realmente las cosas no difieren mucho de las demás sociedades.
No estoy de acuerdo. Yo viví 14 años en Japón y todas las japonesas después de tener al hijo no tienen más sexo y los hombres igual. Tengo cientos de ejemplos de jefes y amigo/as. Mis exs (brasileros) me contaban de como les tenían q enseñar a las japonesas a disfrutar del sexo también.