Los 5 guerreros más poderosos de la historia samurái

Se habla habitualmente de los samuráis refiriéndose a generales que dirigían las batallas. A menudo, estos generales también eran hábiles en la batalla y normalmente estaban respaldados por excepcionales guerreros que marcaban la diferencia por su extraordinaria contundencia con las armas. Estos son los guerreros más temibles del Japón medieval, hombres de guerra poderosos cuya gloria quedó para la historia.

Minamoto no Tametomo (1139-1170)

El arquero infalible

Hijo del poderoso clan Minamoto, luchó contra Taira no Kiyomori tal y como narra la crónica Heike Monogatari. Su incontestable destreza con el arco y las flechas, el arma más popular entre los guerreros por aquel entonces, le llevaron a convertirse en un guerrero de altísimo prestigio, pese a que su bando perdió la contienda. La leyenda cuenta que fue capaz de hundir un barco entero del clan Taira con un solo flechazo; su simple presencia en el ejército era suficiente para causar pavor entre las filas enemigas. Algunos explicaban su dominio del arco asegurando que tenía un brazo más largo de lo normal.


 

Honda Tadakatsu (1548-1610)

El guerrero que superó a la propia muerte

Fue general de Tokugawa Ieyasu y puede estar orgulloso de haber firmado la victoria en prácticamente todas las batallas en las que participó. De hecho, una leyenda señala que jamás recibió una herida en sus 100 envites, a los que asistía engalanado con un casco adornado por cuernos de ciervo. Su arma favorita, la lanza Tonbo-Giri, es una de las Tres Grandes Lanzas de Japón -de la que se dice capaz hasta de cortar una luciérnaga por la mitad-, aunque también usaba la famosa espada Nakatsukasa Masamune. Varios personajes de la época dieron fe de su grandeza. Oda Nobunaga le calificó de “samurái entre samurái”, mientras que Takeda Shingen lo señalaba como “un lujo para Tokugawa Ieyasu”.


 

Miyamoto Musashi (1584-1645)

El maestro espadachín

Si hay que escoger a un guerrero famoso de la historia japonesa, ése es sin duda Miyamoto Musashi. Su pericia en las artes marciales hizo de él un combatiente jamás vencido en duelo, se dice de él que disputó su primer combate a muerte con sólo quince años. Su instinto le permitía improvisar con absoluta eficacia en cualquier situación de la batalla, no sin antes reflexionar profundamente todas las variables a las que se enfrentaba. Para Musashi no hay un arma mejor que las demás; es importante que el guerrero valore cuál es la idónea según las circunstancias. Tras su juventud se dedicó al estudio y la enseñanza de lo que llamó el camino de la espada, mediante la escuela Niten Ichi Ryu que creó él mismo y que dura hasta nuestros días. Hacia el final de su vida, escribió El libro de los cinco anillos, un tratado esencial de artes marciales que ha servido de guía espiritual para varias generaciones de japoneses, incluso más allá de la época samurái.


 

Takeda Shingen (1521-1573)

El tigre de Kai

Aunque en el periodo Sengoku, el más trascendental de la historia japonesa, el clan Takeda fue eliminado por sus enemigos, no cabe duda de la importancia de su presencia y, por supuesto, de la extraordinaria capacidad de su principal líder Takeda Shingen. Le arrebató el control del clan a su propio padre Takeda Nobutora y a partir de ahí, encadenó una serie de victorias que lo alzaron como un daimyo capital, el único capaz de hacer frente al feroz Oda Nobunaga quien avanzaba imparable hacia la conquista de toda la isla. Es conocida su rivalidad con otro gran daimyo, Uesugi Kenshin “El Dragón de Echigo”, pues combatieron durante toda su vida. Cuando Shingen murió, Kenshin lloró su marcha: había perdido su más formidable enemigo, y lamentó su muerte como el ilustre líder que era.


 

Toyotomi Hideyoshi (1537-1598)

El taikō

Elegir a Toyotomi Hideyoshi por encima de Oda Nobunaga y Tokugawa Ieyasu (los tres grandes unificadores de Japón) es una decisión complicada. Eso sí, hay buenos motivos para ello. Dentro del estricto sistema de clases que había durante el Japón feudal, Hideyoshi fue el único capaz de ascender desde un origen plebeyo hasta ostentar el máximo poder de facto, que ejerció tras la muerte de Oda Nobunaga. Hideyoshi fue un general destacado de Nobunaga que empezó como un simple ashigaru -una especie de soldado raso- que consiguió ganarse el respeto de su señor y, posteriormente, de todos los demás señores que se tuvieron que postrar a sus pies, cuando se autoproclamó taikō.

 

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