La fascinación que levanta la cultura e historia japonesas no es de hace cuatro días. En 1980, la NBC tomó nota de la fascinación en ciernes sobre Japón, adaptando la novela ‘Shogun’ a una serie de TV. El resultado fue un éxito espectacular.
La serie fue creada por un equipo estadounidense, sin embargo fue íntegramente rodada en Japón y por supuesto cuenta con un amplísimo reparto japonés. La trama se sitúa en el momento histórico más importante de la historia japonesa: la guerra de unificación de Japón. De entre los actores en ‘Shogun’ encontramos al ilustrísimo Toshiro Mifune, encarnando nada menos que al daimio Toranaga, una suerte de Tokugawa Ieyasu. Mifune brilla con luz propia, aportando un carácter venerable y señorial a su personaje.
Sin embargo, ‘Shogun’ trata de hacer sentir al espectador como un “extraño” en tierras japonesas. Lo consigue a través del protagonista, el capitán John Blackthorne, un pirata inglés que llega a Japón por accidente. Blackthorne queda totalmente alucinado cuando despierta durmiendo en un futón y una sirvienta japonesa le atiende con la máxima hospitalidad, aunque sin poder comunicarse con él en su idioma.
El idioma juega un papel muy interesante en la serie. Todos los japoneses hablan en su lengua, que en ningún momento es subtitulada. El protagonista tampoco entiende lo que dicen, a menos que otro personaje le vaya traduciendo la conversación. Al mismo tiempo, la trama va descubriendo todos esos elementos de la cultura japonesa que son fascinantes para un occidental: el seppuku, el sentido del honor samurái, la ceremonia del té… ver ‘Shogun’ es como adentrarse en el Japón medieval.
Blackthorne entra de lleno en la disputa política que se está fraguando en Japón, en el bando de Toronaga, del que se vuelve una suerte de consejero privado. Pero él no es el único extranjero que participa: también hay varios portugueses y un español metidos en el ajo. Las intrigas políticas entre la aristocracia japonesa dibujan un juego de tronos complejo y con muchas sorpresas. La Iglesia Católica tiene un papel protagonista en el argumento.
El personaje español, Vasco Rodríguez, merece una mención especial. Su interpretación es increíblemente acertada como capitán de barco español y su relación con el protagonista despierta muchas simpatías; algo llamativo en una época en la que España e Inglaterra estaban en guerra.
El rigor histórico de ‘Shogun’ incorpora bastante interpretación y ficción aunque, en líneas generales, respeta los sucesos históricos. La ambientación y la indumentaria de los samuráis son excelentes; el despliegue de la serie demuestra que el presupuesto era generoso, pese a que no es comparable con las superproducciones de hoy en día.
En definitiva, ésta es una serie que trata con respeto y admiración la historia japonesa. Ofrece una “historia de samuráis” en la que es más importante la intriga política que el combate –que es escaso– mediante una trama inteligente, bien trabajada, y muchos personajes que encajan como piezas de un puzzle.
2 ideas sobre “Shogun: Juego de tronos bajo el Sol Naciente”
Hizo que aquí un servidor flipase tanto como para acabar convirtiendo esto de la Historia Japonesa en su oficio. La serie es enorme y la novela más aún.
Una obra excelente para adentrarse en la cultura japonesa e ir descubriendo, junto al protagonista, muchas de sus peculiaridades reflejadas en su carácter y en todo lo que llega a nuestras manos. Ahora me han entrado unas ganas locas de ver la serie 🙂
Durante mucho tiempo pensé que el daimyo era Nogunaga y por eso mi imagen de este siempre fue tal y como imaginé a Toranaga. En cualquier caso, recuerdo que era un zorro muy astuto.
Le debo mucho, muchísimo a esta novela. Para mí fue reencontrarme con la literatura, tras años de rechazo por libros que no eran para mí, pero que insistían en que leyera. Nada como coger algo que te apasiona hasta la médula para darte cuenta de que la culpa no era del mensajero, sino del mensaje.