Pensamiento japonés

Suicidio ritual: Isamu Chō, teniente general de la Armada Imperial Japonesa

Antes y durante la Segunda Guerra Mundial ciertas facciones de la Armada Imperial Japonesa tuvieron clara injerencia nacionalista, ejerciendo importante presión sobre los poderes fácticos del país hacia una deriva belicista y expansionista. Entre otros, Isamu Chō (1885-1945) perteneció al grupo de los más extremistas, habiendo conseguido cierta relevancia en su carrera militar, fue escalando en la pirámide hasta llegar al alto mando en algunas de las batallas más trascendentales del gran conflicto mundial.

Ver sección: La tradición del suicidio ritual >>

Implicado en un golpe de estado en 1931 cuyo objetivo fue asesinar al primer ministro japonés, táctica que finalmente fracasó. Haciendo efectivas sus influencias, Chō no tuvo que pasar juicio ante una corte marcial y en su lugar fue asignado a la Armada Kwantung, una fuerza de ocupación japonesa situada en la región de Manchuria y otras áreas colindantes, al este de China. Este grupo, con mentalidad claramente expansionista, gestó al personaje controvertido que conocemos hoy en día.

Isamu Chô (長 勇)

El historial de Chō está repleto de grandes episodios, muchos polémicos, como la gran masacre y violación de los prisioneros de guerra chinos en Nanking durante la segunda guerra Sino-Japonesa, uno de los momentos más avergonzantes para la Armada Imperial Japonesa. Sin embargo, su ascenso en el poder fue meteórico, alcanzando el rango de coronel en 1938, el de mayor general en 1941 y finalmente, teniente general en 1945, en pleno auge de la guerra.

Instantánea de «la masacre de Nanking»

La mentalidad militar de Chō era rotundamente ofensiva, lo que le motivó a llevar a cabo ataques salvajes contra el ejército estadounidense, que casi siempre ostentó superioridad. Era conocido por su fuerte carácter con sus subordinados, a los que solía abofetear, y también hacía gala de un marcado racismo cuando, hacia el final de su vida, fue destinado en la isla tropical de Okinawa. Sería aquí donde acabaría sus días tras haber llevado al fracaso a la Armada, habiendo dirigido operaciones prácticamente suicidas como la ocurrida el 5 de mayo de 1945, que no consiguieron revertir la inminente derrota.

Gracias al relato de la revista Time, podemos leer hoy el testimonio del soldado que cocinó la última comida de Chō y su compañero Mitsuru Ushijima, también teniente general, antes de que ambos praticaran el suicidio ritual:

Situados frente al mar en el extremo sur de Okinawa, los dos generales se susurraron respectivamente; después se arrodillaron en una tarima acolchada cubierta por una sábana blanca (el color ceremonial de la muerte). El asistente de Ushijima se adelantó, realizó una reverencia y ofreció un cuchillo a cada general. Las hojas habían sido envueltas con tela blanca, de tal manera que el asistente no tocase el sagrado metal.

Los generales se abrieron sus camisas y desabrocharon sus cinturones. Ushijima se echó hacia delante y, con ambas manos, presionó la hoja contra su vientre. Uno de sus ayudantes no esperó a que se hundiera hasta el fondo, y con su afilado sable, rebanó la cabeza de su superior. El general Isamu Chō hizo lo propio con su cuchillo, y el asistente blandió el sable una vez más.

El general Chō dejó su epitafio: «Día 22, sexto mes, vigésimo año de la era Showa. Parto sin arrepentimiento, miedo, verguenza ni obligación. Edad de partida, 51 años».

 

Fuentes: 1 2 3

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