Pensamiento japonés

Nujabes, el músico del alma

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Nujabes es un músico increíblemente polifacético que en su corta vida ha consagrado un estilo propio, alcanzando la popularidad más allá de sus fronteras. Conocido por su colaboración en Samurai Champloo, el productor japonés alcanza el alma de quien lo escucha.

La figura del creativo

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Seba Jun nació en la ciudad de Minato, en Tokio, en 1974. Su habilidad para componer beats salta a la vista desde sus primeros trabajos. No hay mucha información de su vida, más allá de que dirigía dos sellos y que empezó en la escena de Shibuya con una tienda de discos. Se dice que ya en su época adolescente comenzó a componer de manera amateur, y sus primeras creaciones profesionales datan de 1998. «Empecé a crear música porque quería escuchar música que sampleara los clásicos de soul y jazz que me gustaban», aseguró en una entrevista de 2003. No en vano, samplea a grandes glorias como Miles Davis. La escena instrumental del hip hop también fue trascendental para él, bajo nombres como el norteamericano DJ Shadow o su compatriota DJ Krush.

Con todas estas influencias, Nujabes es un artesano del hip hop, al que añade diferentes sonidos de otros estilos con una naturalidad brillante. En sus canciones escuchamos, siempre, un inconfundible carácter de música underground, con fuertes influencias de distintas épocas, especialmente de la escena americana del hip hop de los 90 -en ocasiones con retazos de rap-, así como de los clásicos del jazz y el soul.

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Nujabes en directo

Como DJ, integra todos estos elementos tratando de mantener en todo momento un sonido orgánico, de pocos efectismos. Pese a que tiene algunas piezas de corte algo más experimental, trata de emular un sonido más cercano al de una sala de música en vivo, de corte alternativo, que al de un club nocturno de altas vibraciones. En otras palabras, mantiene un ritmo de bajas pulsaciones y ritmo pegadizo, atmosférico. La mayoría de su discografía es instrumental, aunque también tiene canciones con cortes vocales seleccionados con mesura -y siempre en inglés.

Entre sus colaboraciones se cuentan ni más ni menos que Funky DL, Substantial, Pase Rock, Cise Star, Terry Callier, L’Universe, Apani B… junto con los cuales ha producido numerosas de sus pistas comerciales. Además de la mencionada banda sonora de Samurai Champloo ‘Departure’, Nujabes produjo tres discos en ocho años. ‘Metaphorical Music’, ‘Modal Soul’ y ‘Spiritual State’ tienen un corte similar; se puede decir que su sonido es bastante homogéneo aunque coquetea con diversos estilos.

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Nujabes con Substantial

Pese a lo que pueda parecer, también tiene algunas piezas con una fuerte influencia de sus orígenes japoneses. Nos encontramos con piezas como ‘Spiritual State’ -apertura del disco del mismo nombre- junto al intachable Uyama Hiroto, con el que comparte una manera de entender la música que va más allá de los géneros. Ambos utilizan la música para construir un espacio profundamente espiritual, con características que uno asocia directamente con la música tradicional japonesa.

Nujabes y su relación con el anime

Conocido por la mayoría de occidentales por su incontestable colaboración en el anime Samurai Champloo, cuya banda sonora fue un extraordinario producto de algunos de los más brillantes compositores de música electrónica como Uyama Hiroto, Fat Jon, MINMI o el mismo Nujabes. Integrantes de una escena que combina el hip hop, el jazz y el soul, coronaron la serie de Shinichiro Watanabe con un sonido genuino, perfectamente alineado con el argumento: una serie donde se mezclan los samuráis, el hip hop, los graffitis y una animación de escándalo.

Que Watanabe es un perfeccionista en todos los ámbitos de su producción no es difícil de justificar. La banda sonora de Cowboy Bebop es de aquellas que marcan un antes y un después en el sector; la loca originalidad de Space Dandy hace que cada capítulo te deje con la boca abierta; mientras que la libertad creativa de Samurai Champloo la convierten en única en un clásico atemporal. Y esto último, sin ninguna duda, le debe mucho mérito al trabajo de Nujabes.

Una muerte prematura, un legado eterno

Un desafortunado 26 de febrero de 2010 el mundo se despertaba con la aciaga noticia. Nujabes había fallecido en un accidente de tráfico. Los intentos para su reanimación, llevados a cabo en un hospital de Shibuya, no surtieron el efecto deseado, terminando con su vida de tan sólo 36 años. Japón y el mundo perdían así un músico muy querido especialmente por el círculo del anime, pero también por la escena del hip hop que, sin embargo, ganó mayor reconocimiento tras su fallecimiento.

Su obra musical, relativamente breve, ha servido y sigue sirviendo de inspiración para muchos artistas de todo el mundo. No en vano, muchos artistas le han dedicado excelentes homenajes, como el increíble ’25 Nights for Nujabes’ de la mano del australiano Ta-ku. Preguntado en una ocasión por Nujabes, «su música te impregna de sentimientos de esperanza, amor y optimismo» dijo. Muchos otros colaboraron en álbums para recordar a Nujabes: una rápida búsqueda por YouTube es suficientemente ilustrativa.

El día de su muerte, Nujabes dejó una canción sin terminar en la memoria de su teléfono móvil. Tras inspeccionar el archivo de sonido, cuyo nombre era ‘Luv(sic) grand finale’, su compañero y colaborador Shing02 entendió que se trataba de la última gran canción de Nujabes, el broche de oro a la tetralogía que ambos llevaban más de 10 años planeando. El grandioso final preparado por Nujabes justo antes de su fallecimiento contiene una melodía desgarradora, emocionante; que llega al alma y reconforta por la pérdida de un músico tan célebre: su obra es inmortal. Descanse en paz.

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