Pensamiento japonés

‘Después del banquete’, de las relaciones (y la política)

Cuando comienza una historia firmada por Yukio Mishima, es habitual quedar prendado en seguida por sus personajes. Entre otras cosas, porque el lector ya puede intuir diversos conflictos en su naturaleza incluso antes de que el propio autor los exponga sobre el papel en capítulos posteriores. ‘Después del banquete’ es una novela, en efecto, sobre conflictos en la etapa adulta avanzada y las prioridades vitales.
 

 
Después del banquete (宴のあと; Utage no ato)
Autor: Yukio Mishima
Editorial: Alianza
Formato: Papel, Electrónico
Año: 1960 (JP), 2010 (ES)

Kazu es la dueña del Setsugoan, un prestigioso restaurante tokiota cuyos principales clientes no podían ser más distinguidos. La mujer, de mediana edad, se codea con la flor y la nata de la política japonesa del Partido Conservador; un estatus que le garantiza una buena vida y le permite desempeñar sus encantos personales de mujer de campo. Cierto día, un grupo de ex-embajadores le solicitan una cena. Conocerá allí a Noguchi, antiguo embajador en países europeos, del Partido Radical.
 
Noguchi y Kazu no podían ser más distintos. Ella es una mujer ostentosa, válida y de sentimientos florecientes. Él es un señor metódico, de costumbres austeras y profunda introversión. De algún modo, encuentran un punto de equilibrio en sus maneras de ser para comenzar una relación seria. Lo que les espera, eso sí, no es una relación tradicional. Especialmente cuando Noguchi se postula como gobernador de Tokio.
 
En enero, y por sugerencia de Kazu, fueron al teatro kabuki. Kazu lloró sin tasa en los momentos tristes, sin ahorrarse uno, pero Noguchi permaneció impasible durante toda la representación.
– Qué le induce a llorar cuando ve una obra tan estúpida? –preguntó, con genuina curiosidad, mientras se hallaban en el vestíbulo durante el entracto.
– No existe una razón particular. Las lágrimas llegan simplemente de un modo natural.
– Como es lógico, usted me interesa. Trate de explicarme con más exactitud lo que quiere decirme -bromeó Noguchi con Kazu, como si fuese una niña.
 
Mishima se adentra una vez más en una novela de relaciones, en la que más que el amor, lo que importa es todo lo que sucede a su alrededor. En este caso, la política tiene un peso capital en la novela pero no de manera manifiesta como ocurre en otros títulos de su cosecha. Su discurso, llevado a través de sus personajes, trata más bien de la decadencia en las formas y procedimientos de la política, de la manipulación mediática, de lo artificioso que resulta todo el entramado electoral.
 
Bajo ese tema de fondo, encontramos otros temas de índole más íntima. ¿Puede el miedo a la soledad empujar a una persona madura a cambiar sus hábitos de vida? ¿Son capaces dos personas con carácter infranqueable de llegar a entenderse? ¿Hasta qué punto el dinero supone un obstáculo en el matrimonio? Mishima conduce a sus protagonistas por estos caminos componiendo así una novela que muestra los claroscuros de la sociedad, en particular de aquella generación que todavía sufre el lastre de un Japón con tendencia a lo arcaico.
 
En definitiva, alberga un cierto tono nihilista, de un realismo solemne, dibujado en la madurez de los protagonistas ya entrados en edad. Es realmente interesante descubrir la habilidad de Mishima para describir un matrimonio de edad varios lustros por encima de la suya propia. La angustia existencial del escritor se adelanta así a su propia fase vital.
 

 
‘Después del banquete’ nos hace testigos de una relación tortuosa en un Japón de mediados de siglo XX entre dos personajes realmente atractivos. Como no podía ser de otra manera, el ojo crítico de Mishima pone el acento en muchos de los temas polémicos de su sociedad, entre los que se encuentra la falsedad de la política o el miedo a morir solo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *